Aunque muchos consideran que la funda de colchón es una prenda opcional, lo cierto es que su presencia aumenta considerablemente los niveles de confort durante las horas de sueño, minimiza la posibilidad de sufrir rozaduras a causa del contacto prolongado con su superficie y garantizar el hecho de poder disfrutar de un sueño reparador por las noches.
Las fundas para colchones son complementos de cama que están pensados para cubrir toda la superficie del colchón, de esquina a esquina, y permanecer fija al margen de los movimientos y cambios de posición que realicemos, de manera consciente o no, por las noches.
Si todavía te estás preguntando si es necesario poner una funda al colchón o desconoces las ventajas que tiene contar con una, sigue leyendo: vamos a contarte por qué deberías equipar tu colchón con una funda.
Ventajas de poner una funda al colchón
Dos son las principales ventajas de contar con una funda de colchón: por un lado, mantener cubierto indefinidamente el colchón lo protege de agresiones externas, tales como olores, arañazos y suciedad derivada de su uso diario; por otro, otorga una agradable sensación de suavidad durante las noches, evitando la aparición de irritaciones en la piel a causa del roce directo con su superficie.
Las fundas para colchones cumplen, por tanto, una doble función muy beneficiosa tanto para el cuerpo como para la integridad del propio colchón, manteniéndolo a salvo de cualquier agresión externa que pudiera comprometerlo.
Normalmente, las fundas para colchones están incluidas en los diversos kits que se comercializan en tiendas especializadas en descanso y complementos de cama, y su uso a día de hoy está muy extendido dadas las ventajas que tiene contar con una funda para el colchón.
¿Es bueno poner funda al colchón?
Rotundamente sí. Las fundas para el colchón son un complemento indispensable para garantizar la preservación del colchón y disfrutar de los más altos niveles de comodidad durante las noches. Una funda de colchón se caracteriza por su suavidad y por la gran capacidad de transpiración que proporciona, ayudando a mantener el cuerpo a la temperatura ideal durante el descanso nocturno.
No existe ninguna contraindicación sobre las fundas de colchón, por lo que la balanza se inclina del lado de los defensores de su uso. Además, las fundas para el colchón permiten crear una base perfecta para disponer el resto de elementos sobre el colchón: sábanas, cubres y demás complementos que pueden ir a juego con la funda.
Otro de los puntos fuertes de una funda de colchón es que visualmente hace que la cama sea mucho más atractiva. Las sensaciones son fundamentales a la hora de descansar y el hecho de contar con una que recubra toda la superficie del colchón puede convertir una simple cama en un lecho donde recostarse sea mucho más placentero, fomentando la relajación mental gracias a su estética y la suavidad de sus fibras. Esto contribuye a disfrutar de un descanso reparador por las noches, mejorando día a día las sensaciones.
Aspectos a tener en cuenta sobre las fundas de colchón
Hay varias cuestiones a las que hay que prestar atención para acertar de pleno con la funda de colchón perfecta.
· Dimensiones. Para que una funda de colchón cumpla con su cometido, es imprescindible que se ajuste a las dimensiones reales del colchón. Si la funda es demasiado pequeña, las esquinas no podrán quedar totalmente recubiertas, con el riesgo que ello supone.
Las fundas de reducidas dimensiones pueden desprenderse por las noches y eliminar la sensación de suavidad y comodidad durante el sueño, lo que empeora la calidad del mismo. Además, la sensación de que hay prendas sueltas en el interior de la cama es desagradable y puede provocar alteraciones del sueño nada beneficiosas, por lo que es importante que el tamaño sea el adecuado.
Por el contrario, una funda demasiado grande puede provocar que la misma presente arrugas o se desplace durante las noches con el más mínimo movimiento. Es importante que una funda de colchón presente una superficie totalmente lisa y sin imperfecciones para proporcionar los más altos niveles de comodidad.
· Color. Aunque es solo una cuestión estética, la combinación de colores debe mantener cierta coherencia para hacer que la cama sea un lugar apacible y apto para el descanso. Quizá un color extravagante o demasiado intenso rompa la armonía, con lo que ello supone para la mente.
Además, una funda para el colchón puede ser un elemento muy importante para ayudar a reducir la ansiedad mientras se disfruta de un descanso óptimo y protege la superficie del colchón, por lo que lo mejor es que selecciones el color en base a tus gustos y sensaciones.
· Capacidad de sujeción. Al colocar la funda, esta debe mostrar una superficie lisa y mantener los cuatro puntos de tensión en las esquinas para garantizar una sujeción óptima. Si esto no fuese así, lo más probable es que presente unas dimensiones demasiado elevadas.
Eso sí, todo con un equilibrio: el tamaño de la funda debe ser lo suficientemente grande como para poder cubrir las cuatro esquinas completas y evitar deslizamientos para que no se deshaga con el movimiento del cuerpo durante las noches.
· Grosor y suavidad. A día de hoy es complicado encontrar fundas para colchones gruesas o que sean capaces de provocar irritaciones. Sin embargo, las alergias y las intolerancias cutáneas ante determinados tipos de fibras pueden dificultar la búsqueda de la funda de colchón ideal.
Lo mejor es que acotes la búsqueda en caso de que presentes algún tipo de reacción ante determinadas fibras para que la funda sea totalmente apta. Además, los complementos de cama hipoalergénicos pueden ayudar a reducir este tipo de reacciones, siendo una opción perfecta para las personas más sensibles.