En ocasiones, una de las principales razones por las cuales nos suele doler la espalda se debe a la mala postura que adoptamos a la hora de dormir. Dormir adecuadamente y descansar es fundamental para nuestra salud. Ya lo dicen las organizaciones internacionales que recomiendan dormir una media de entre 7 y 8 horas cada día, como es la OMS. En este artículo te ofrecemos una guía práctica para ayudarte a lograr una postura correcta para dormir, así evitarás los dolores de espalda cuando te levantes y daños mayores que pueden intensificarse a lo largo del tiempo. ¡Sigue leyendo para aprender cuál es la mejor postura para dormir!
Malas posturas para dormir: ¿Qué problemas pueden ocasionarnos?
Las malas posturas al dormir deben evitarse en la medida de lo posible y corregirse cada vez que se tenga conciencia de ello. Hay muchos motivos por los que es recomendable corregir nuestra posición en la cama. Estos son algunos de los más significativos:
- Dolor de espalda: El dolor de espalda es el síntoma más característico y común de no dormir adecuadamente, así como el dolor de cuello o de cervicales. Por lo general, el dolor de espalda suele percibirse al levantarse de la cama y en algunos casos puede mantenerse a lo largo del día. Si los problemas de espalda no se corrigen pueden intensificarse con el tiempo, incluso afectar a la columna vertebral.
- Paralización del nervio: Por lo general lo notarás como un hormigueo en un brazo o en una mano —es lo que se conoce como agujetas—. Esto se debe a que el nervio se ha paralizado debido a la presión constante que ha soportado a causa de una mala postura al dormir. Hay que tener en cuenta que presionar los nervios durante mucho tiempo puede dañarlos.
- Descanso insuficiente: Por supuesto, adoptar una mala postura o posición en la cama interfiere de manera directa en el descanso, razón por la cual las personas se levantan cansadas o agotadas a pesar de haber dormido el tiempo recomendado. Es común, así mismo, que las personas con una mala postura se muevan mucho durante la noche.
Mejor postura para dormir: dolor espalda, soluciones posibles y mejora en el descanso
Es difícil decantarse por una única mejor postura para dormir, puesto que hay muchos estudios que hacen hincapié en varias de ellas. De hecho, son muchos los que afirman que la mejor postura para dormir es aquella en la cual la persona se encuentre más cómoda, ahora bien ¿Qué ocurre cuando nuestro cuerpo está siendo presionado o a pesar de dormir cómodamente nos seguimos levantando con dolor de espalda? Fácil, que las posturas para dormir adoptadas no son las correctas —ojo, también es posible que el colchón haya concluido su vida útil y presente algunas deformaciones, lo que se soluciona cambiándolo por uno nuevo—. Si nos enfocamos en la mejor postura para dormir, en aquella en la que coinciden muchas de las investigaciones y estudios, entonces nos encontramos con la siguiente:
- Dormir sobre el lado izquierdo: Esta postura, además, de ofrecernos una posición cómoda y relajada para nuestra espalda y músculos, favorece el descanso ya que alivia los problemas relacionados con el reflujo gástrico, así como los ronquidos y las dificultades respiratorias. Los estudios han demostrado también que dormir sobre el lado izquierdo favorece el drenaje linfático, encargado de la limpieza de residuos en el sistema nervioso central y responsable de mantener la presión sanguínea adecuada. E, incluso, puede ayudar a prevenir ciertas enfermedades neurológicas como el Alzheimer.
Es importante dejar claro que para mejorar la postura al dormir sobre el lado izquierdo es fundamental que el colchón se adapte a nuestro cuerpo, no oponiendo demasiada resistencia, pero tampoco siendo absorbidos por él. Así mismo, se recomienda que la almohada sea de viscoelástica para que se adapte a nuestras cervicales. Por último, es importante incorporar una almohada entre las piernas, así no caerán una encima de la otra y la presión será la adecuada.
Postura correcta para dormir: otras posturas y posiciones recomendadas
Como decíamos en el punto anterior sobre la mejor postura para dormir, dolor espalda y soluciones, hay varias posturas que pueden resultarnos de gran utilidad para prevenir y aliviar los dolores de espalda. Algunas de las más destacadas son las siguientes.
Dormir boca arriba
Es otra de las posturas para dormir más recomendadas. Esto es así ya que el cuerpo se apoya de forma totalmente natural sobre el colchón, lo que hace que la columna vertebral se mantenga recta y se alivien los dolores. Ahora bien, es importante que tanto el colchón como la almohada ofrezca una resistencia adecuada. La sensación tiene que ser como si estuviéramos de pie. Por ello es importante que te prepares de la siguiente forma:
- Utiliza una almohada de viscoelástica para mejorar la presión sobre tus cervicales.
- La cabeza debe quedar ligeramente inclinada, esto mejorará la respiración (aunque puede que no evite los ronquidos).
- Es aconsejable que las piernas queden ligeramente levantadas, por lo que tendrás que colocar una almohada. Esto ayudará a mejorar la circulación.
Dormir en posición fetal
No es la postura correcta para dormir más recomendada, aunque depende de cada quien. Es importante que siempre que se pueda se duerma sobre el lado izquierdo, como mencionábamos más arriba. Así mismo, la curvatura de la espalda no debe ser demasiado pronunciada. De esta forma se evitará molestias o dolores en la columna vertebral y cervicales a la larga. Si no se adopta una postura adecuada, esta puede generar tensión en el cuello, así como dificultad para respirar.
¿Cuál es la peor postura para dormir?
La postura que debe evitarse, en cualquier caso, es la de dormir boca abajo. Esta es la menos recomendable debido a que al dormir en esta posición se obliga al cuerpo a mantener una postura forzada durante varias horas. Lo que ocurre con esta es que se ejerce una presión excesiva sobre todo el cuerpo, pero principalmente sobre las verticales —incluidos los músculos, nervios, huesos y tendones—. Esto puede llegar a provocar serios problemas a la larga que pasan desde los dolores de espalda y de cervicales puntuales, hasta lumbalgias y cervicalgias e incluso desviaciones en la columna.