Es probable que, durante algunas épocas del año, tengas algunos síntomas de congestión nasal, tos, estornudos, dolor de garganta y de cabeza de manera continuada durante las noches. Cuando esto sucede, lo más probable es que se deba a que padeces algún tipo de alergia a los ácaros que habitan y proliferan en tu cama.
Los ácaros domésticos son aquellos que se encuentran en las viviendas y que sobreviven y se reproducen gracias a que se alimentan del polvo y de las escamas de la piel humana. Sin embargo, como hemos dicho, estos pequeños arácnidos se reproducen más fácilmente en determinadas épocas del año, como, por ejemplo, en primavera y en otoño, ya que sobreviven mejor bajo determinadas condiciones de humedad y temperatura.
Las condiciones idóneas para ello son una humedad del 70% y una temperatura de en torno a los 21ºC. Esto hace que los ácaros se puedan encontrar de forma mucho más frecuente en zonas de costa que en zonas de interior.
Estos suelen aparecer en distintos lugares del hogar, como, por ejemplo, en las alfombras, moquetas, en los muebles tapizados, en la ropa o en los peluches. Sin embargo, también es fácil encontrarlos en los colchones de las camas, en los edredones, las almohadas y en las mantas.
Por ello, si presentas síntomas similares a los de un resfriado que se desvanecen después de unas horas después de haberte levantado de la cama, lo más probable es que haya una cantidad excesiva de estos “bichitos” tan perjudiciales para la salud.
Pero ¿qué son los ácaros en realidad?
Como hemos dicho, los ácaros son una especie de arácnidos de tamaño casi microscópico, por lo que algunas personas son capaces de llevarlos a observar a simple vista. Por lo tanto, son muy pequeños, ya que miden aproximadamente unos 0,2 mm de largo. Además, están emparentados con las arañas y, especialmente, con las garrapatas.
Sin embargo, aparte de que pueden provocar reacciones alérgicas, los ácaros son totalmente inofensivos, ya que ni pican ni muerden. Habitualmente, se les puede encontrar fácilmente en zonas donde hay polvo y, especialmente en todo tipo de tejidos, ya que les proporcionan el hábitat adecuado para poder vivir y reproducirse con facilidad. Esto se debe a que suelen evitar los sitios demasiado iluminados y prefieren lugares templados con una elevada humedad relativa.
¿Cómo puedes averiguar que existen ácaros en tu cama?
Como hemos comentado, los ácaros suelen sentirse atraídos por las condiciones de habitabilidad que les proporcionan los tejidos como, por ejemplo, los de tu cama. Por ello, es probable que, en determinado momento del año, empiecen a reproducirse. Una manera de detectar a aquellos que se ven a simple vista es colocando sobre el colchón una hoja negra de papel durante unos minutos. Si observas que hay unos “puntitos” blancos que se mueven lentamente sobre la superficie del papel, no hay duda: ¡hay ácaros!
No obstante, no todo el mundo es capaz de observarlos a simple vista, por lo que existen otros métodos para comprobarlo, especialmente si te producen alguna reacción alérgica. Así pues, si sientes por las noches que tienes síntomas de resfriado, -como tos, mocos, estornudos, asma u ojos enrojecidos- que por el día desaparecen, es probable que tengas alergia a los ácaros del colchón. Lo mismo sucede si sientes que te salen sarpullidos en la piel o si tu sueño es de mala calidad.
Los ácaros, además, se reproducen en tu cama y en tu colchón debido a que se alimentan de la piel muerta que desprendemos a diario. Por lo tanto, sin darnos cuenta, estamos dándoles a estos pequeños seres microscópicos la alimentación necesaria y las condiciones perfectas de humedad y temperatura para proliferar.
¿Si tengo ácaros en la cama, cómo puedo combatirlos?
Una vez descubres que tienes alergia a los ácaros de tu colchón, debes poner remedio para eliminarlos lo más rápido posible. Después de todo, tu salud está en juego. Por ello, te vamos a dar algunas ideas para que puedas combatirlos. Sin embargo, aunque estas están pensadas para eliminarlos activamente, lo cierto es que también sirven como medida preventiva para dificultar su aparición y proliferación.
Utilizando una aspiradora con el filtro adecuado
Si tienes alergia a los ácaros que hay en el colchón, puedes eliminarlos utilizando la aspiradora con un filtro HEPA que se encarga específicamente de succionar estos pequeños arácnidos causantes de alergias. Esto reducirá, en gran medida, la presencia de ácaros en la superficie de tu cama.
Limpiar la cama con agua, vinagre y bicarbonato de sodio
Asimismo, también puedes limpiar en seco la superficie de la cama de vez en cuando utilizando agua en una disolución de vinagre y bicarbonato para eliminar los ácaros. Primeramente, necesitas diluir 125 ml. de vinagre blanco en 250 ml. de agua y luego añadir una o dos cucharadas de bicarbonato en polvo.
Posteriormente, debes utilizar un paño limpio, humedecerlo moderadamente con esta disolución y pasarlo por toda la superficie del colchón, insistiendo en aquellas zonas donde puedan ocultarse los ácaros. Por último, debes dejarlo secar hasta que el olor del vinagre se haya desvanecido por completo. El vinagre, junto con el bicarbonato de sodio son unos poderosos desinfectantes que los ácaros no soportan, por lo que, tras realizar este tratamiento, estos deberían desaparecer durante una buena temporada.
Limpieza continua de las sábanas, mantas y almohadas
Al igual que a los ácaros les gusta el entorno que les ofrece el colchón de tu cama, si tienes alergia a los ácaros del colchón, una buena manera de combatirlos es limpiando de forma continua las sábanas, las mantas y las almohadas.
Puedes aspirar las almohadas utilizando un filtro HEPA anti ácaros y luego limpiarlas con una mezcla de detergente y agua sin humedecer en exceso el interior de las almohadas para no dañarlas ni deteriorarlas. En cuanto a las sábanas, mantas y edredones, puedes meterlos en la lavadora cada semana para impedir que los ácaros puedan proliferar en ellas.
¿Qué puedo hacer para evitar la aparición de los ácaros en el colchón?
Si tienes alergia a los ácaros del colchón, debes ponerte manos a la obra para eliminarlos y evitar que vuelvan a aparecer y se reproduzcan de nuevo. Lo mejor que puedes hacer una vez te has deshecho de ellos con una limpieza exhaustiva, es crear un ambiente que sea poco confortable para ellos.
Es decir, sabes que a estos arácnidos les encanta la humedad, los climas templados y el alimento que les proporcionamos cada vez que desprendemos piel muerta. Así pues, llevando a cabo una serie de acciones cotidianas, puedes evitar fácilmente su proliferación, evitando así los ataques de alergia durante las noches o cada vez que te tumbes en la cama.
Ventila bien la habitación a diario
La mejor manera de evitar la aparición de estos bichitos es abrir la ventana de par en par cada mañana para que la estancia se ventile correctamente durante unos minutos. Esto hará que el calor y la humedad que se han generado a lo largo de la noche desaparezcan. En el caso de que vivas en una zona demasiado húmeda, puedes probar a utilizar un deshumidificador para hacer que el ambiente sea más seco.
Espérate unos minutos antes de hacer la cama
Cuando te levantes, debes dejar más o menos media hora de margen antes de dejarla hecha y ordenada. Lo recomendable es que la dejes destapada para que se ventile correctamente y bajen los niveles de humedad y temperatura que les gusta tanto a los ácaros.
Utiliza protectores de colchones y almohadas
Colocar un protector de colchón de calidad te ayudará a reducir considerablemente la población de ácaros que habita en el mismo. De esta manera, si hay algún ácaro en el colchón, no podrá reproducirse con facilidad, ya que el protector hará que los niveles de humedad y temperatura no sean tan favorables para su proliferación. No obstante, debes limpiar estas fundas con frecuencia, ya que, estas también pueden proporcionar un lugar confortable para ellos si no lo haces.
Cambia las sábanas con regularidad
Si sufres de alergia a los ácaros del colchón y vives en una zona húmeda y templada donde estos seres microscópicos tan molestos se reproducen con facilidad, lo mejor que puedes hacer es cambiar las sábanas con regularidad. Esto quiere decir que no debes esperar una semana antes de cambiarlas, sino que debes hacerlo cada tres o cuatro días. De esta manera, eliminarás los restos de piel muerta y el sudor que tanto les gusta a estos ácaros.
Utiliza un colchón con tratamiento hipoalergénico y anti ácaros
La mejor manera de evitar que los ácaros proliferen en tu colchón es, directamente, optar por un colchón con un tratamiento anti ácaros integrado. De esta manera, se previene el desarrollo de estos arácnidos y se evita, en gran medida, que puedas sufrir ataques de alergia. Puedes conseguir colchones de calidad con estas características entre el amplio catálogo disponible de Colchón Club. No obstante, también debes ser consciente de que debes cambiar las sábanas y ventilar correctamente tu habitación para asegurarte de que estos molestos bichos no vuelvan a proliferar.