Uno de los complementos más importantes para favorecer el correcto descanso durante las noches es la almohada. Aunque muchos renuncian a ella pensando que es la causante de sus dolores cervicales, no está tan claro que el no usarla proporcione una mejora en la calidad del sueño. De hecho, gran parte de los especialistas en descanso insisten en la necesidad no solo de contar con una, sino de adaptarla a nuestra altura para evitar lesiones musculares y molestias en el cuello. ¿Es bueno dormir sin almohada por las noches? Te sacamos de dudas.
La necesidad de contar con una almohada para descansar correctamente
Muchos de los profesionales que han dedicado su vida a mejorar la calidad del descanso de miles de personas no acaban de comprender de dónde surge el debate. Y es que, ante la pregunta de si es mejor dormir con o sin almohada, hay unanimidad tanto por parte de especialistas y comerciantes de productos de descanso como por médicos y profesionales de la salud: no es bueno dormir sin almohada, y empeora notablemente la calidad del descanso.
Esto es debido a que la almohada no es solo un mero complemento para proporcionar un plus muy notorio de comodidad, que lo es, sino que es fundamental para mantener alineado el cuello y evitar desgarros y contracturas musculares.
Una almohada está pensada para evitar que la parte superior de la columna, la que entronca con el cráneo y soporta buena parte del peso corporal del día, no sufra daños. Por ese motivo has oído decir tantas veces a los expertos que es bueno dormir con la almohada alta, y es que ayuda a mantener en perfecta sintonía la parte superior del tronco y el resto de la columna vertebral.
Esto es especialmente importante para quienes duermen de lado, que es la postura más delicada para el cuello. Si en esta posición prescindes de la almohada, te darás cuenta enseguida de que solo con tus brazos no puedes proporcionar a tu cabeza la altura que necesita para evitar la tensión muscular del lado exterior del cuello, produciéndote un malestar tanto en el cuello como en las extremidades superiores al no contar con almohada.
Por el contrario, al dormir boca arriba la cosa es algo diferente, aunque tampoco muy aconsejable. El razonamiento de los reacios a usarla es que, si el objetivo de la almohada es alinear la columna, esta ya queda alineada sin necesidad de contar con una cuando se duerme boca arriba. Es una verdad irrefutable, salvo por un detalle: no es nada beneficioso obligar a la columna a adoptar una postura forzosa; de lo contrario, se podrían producir lesiones mayores con el tiempo.
Al estar boca arriba, el cuerpo necesita un pequeño punto de apoyo para descargar las tensiones de los músculos, y esto solo se lo proporciona la almohada. Por tanto, la conclusión está clara: no es bueno dormir sin almohada en ningún supuesto, ni existen potenciales beneficios en prescindir de ella por las noches. Tanto para evitar lesiones cervicales como vertebrales y discales, la almohada es una gran aliada que proporciona al cuerpo un descanso de calidad.
¿Incide de verdad la altura de la almohada en la calidad del descanso?
Esta es otra cuestión que se ha puesto en entredicho, al cuestionar la necesidad de contar con una almohada alta desde los inicios. Los expertos afirman categóricamente que es bueno dormir con una almohada alta, a pesar de las pequeñas molestias que pueden producir cuando son estrenadas.
Una almohada recién comprada cuenta con la altura idónea para el descanso del cuerpo, aunque ignoramos tanto la calidad de nuestro equipamiento de cama que acabamos por posponer indefinidamente su renovación y nuestro cuerpo se acaba adaptando a unos complementos que distan mucho de contar con las condiciones óptimas para proporcionar un descanso de calidad.
Estas molestias que producen las almohadas nuevas tienen que ver con las malas costumbres adoptadas desde que el material empezó a mostrar deficiencias, y al obligar al cuerpo a recolocarse en la posición correcta, este encuentra los nuevos productos algo extraños a lo que ya se había adaptado.
Al igual que la cuestión de si es mejor dormir con o sin almohada no admite discusión, la altura de la almohada también tiene poco margen de maniobra. Aunque se pueden encontrar almohadas en el mercado con algo más de flexibilidad para quienes sufran de dolores cervicales, por norma general los expertos insisten en la necesidad de disponer de una almohada alta para mejorar la calidad del sueño, tanto en quienes prefieren dormir boca arriba como en los que adoptan una postura lateral para coger el sueño.
Las almohadas altas, sin embargo, no se llevan nada bien con quienes prefieren dormir boca abajo. Dado que estos usan habitualmente almohadas más bajas para evitar contracturas en la zona cervical y del cuello, se ha llegado a extender la cuestión de si es mejor dormir con o sin almohada si se duerme habitualmente boca abajo. Para la espalda y el cuello, dormir sin almohada al ponerse boca abajo es mucho mejor, ya que deja al cuerpo en una posición plana muy necesaria para evitar lesiones musculares.
No obstante, esta es la peor de las posturas porque fuerza al cuello a estirarse hacia un lado y otro, el tren superior pierde el punto de apoyo para descargar tensiones y no fomenta la relajación. Quienes duermen boca abajo tienden a desechar la almohada por lo incómodo que resulta apoyar la cabeza sobre ella en esta posición, algo que luego padecen al cambiar de posición.
En este sentido, la recomendación de los expertos pasa por adoptar hábitos de descanso más saludables y tratar de cambiar aquellos vicios que se cogen con el tiempo, como inclinar la nuca en exceso para dormir, colocarse bocabajo para coger el sueño o apoyar los brazos bajo la cabeza durante las noches, lo que perjudica a la circulación sanguínea.